Rememoran natalicio del más universal músico cubano

Cuba recordó el aniversario 128 del natalicio del compositor y pianista Ernesto Lecuona, considerado por la crítica el músico cubano más universal.

Ernesto Lecuona

Junto a Gonzalo Roig y Rodrigo Prats, Lecuona integra la trilogía más importante de compositores del teatro lírico nacional, en especial, de la zarzuela, mientras su aporte más significativo al género teatral es la fórmula definitiva de la romanza cubana, con piezas relevantes como Canto Siboney, Lola Cruz, Diablos y fantasías.

La historiografía recuerda que otras como El batey, El cafetal, La flor del sitio, Tierra de Venus, Rosa la china y la popular María la O, se han escenificado en Cuba, España y México.

Temas como Damisela encantadora, perteneciente a la zarzuela Lola Cruz, y las canciones La malagueña y La comparsa forman parte del acervo cultural del siglo XX cubano. Este último lo compuso a los 17 años de edad y es considerado el más interpretado a nivel mundial, con versiones para jazz, salsa, pop y otros géneros.

Todavía hoy, varias obras suyas aparecen en los repertorios de importantes orquestas y han sido incluidas en las bandas sonoras de muchos filmes en las últimas décadas.

Reconocidos tenores como los españoles Plácido Domingo, Alfredo Kraus y el mexicano José Mojica grabaron y difundieron también las partituras del insigne cubano.

Ernesto Lecuona (La Habana, 1896-Santa Cruz de Tenerife, España, 1963) Compositor y pianista cubano. Excelente pianista, dedicó la mayor parte de su creatividad musical a este instrumento, con obras en las que explotaba, de manera imaginativa y original, los ritmos y las melodías caribeños.

El musicólogo español Adolfo Salazar, escribió en 1932: «En Ernesto Lecuona, en efecto, se une un intenso amor a la canción criolla, a la música de rico pasado nacional, con un palpitante interés por los ritmos netamente cubanos, o mejor dicho, afrocubanos, según gustan denominarlos los intelectuales del país.

«Su técnica, enseguida, es una oportuna combinación de lo tradicional (pues no podría tratarse de otro modo lo criollo) con lo más netamente moderno (y no podría tratarse lo afrocubano sin este concepto avanzado), mientras que el resultado final de su arte, lo que Lecuona consigue, es un tipo de obra que participa de lo popular y del arte de concierto en hábil proporción.

«Una música que no es estrictamente folklorista, pero que se basa en lo popular para confeccionarla en una forma de general alcance, no limitada al estrecho círculo de las modernidades a todo trance, sino que busca un ancho círculo de auditores, es decir, una música que parte de lo popular, busca lo popular y sabe guardarse de caer en lo populachero. No difícil; sin embargo, distinguida. No popularista; sin embargo, fácilmente accesible. «

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